La historia de Petra se remonta hasta el siglo III a.C, como capital de los nabateos que logró mantenerse, como tal, hasta el siglo I d.C. La ciudad formó parte del importante entramado de las rutas comerciales de las caravanas que transportaban incienso, metales preciosos, hierbas aromáticas y betún desde el Mar Mediterráneo, como ya dejara escrito el historiador griego Dio doro de Sicilia en el siglo I a.C.
A pesar de los intentos que se vienen realizando, a través de las excavaciones arqueológicas, para desenmascarar la historia de este pueblo, todavía resulta imposible establecer un hilo conductor uniforme.
Hubo un tiempo en que Petra era un lugar que sólo existía en los libros, en la imaginación, en los sueños. No es el caso del periodo comprendido desde el año 1200 a.C. al 539 a.C., época en la que estuvo poblada por los edomitas, cuya sabiduría, escritura, industria textil y trabajos en metal le otorgaron su trascendencia.
Ni mucho menos a partir del 312 a.C., cuando la ocuparon los nabateos, la tribu árabe que dejó de ser nómada para asentarse en ella y convertirla en su capital, imprimiéndole su esplendor arquitectónico, reflejo de la prosperidad económica obtenida de su situación privilegiada en las rutas comerciales de Oriente. Controlaron el tránsito de caravanas de la antigua Arabia, pero, finalmente, cuando su poder y prosperidad fueron evidentes, los romanos los anexaron a su imperio (106 AD) como la provincia romana de Arabia, con Petra como capital.
Una vez que los romanos tomaron el control de las rutas comerciales, el declina miento de la "ciudad rosa" fue inevitable. Hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido en la era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por un explorador suizo, Johann Ludwig Burckhardt, en 1812.
Se hizo pasar por uno de ellos, uniéndose a una caravana que viajaba a El Cairo; antes había adoptado el nombre de Ibrahim IbnAbdAllah, hablaba árabe, conocía sus costumbres y el recelo que aun así podía suscitar. Cauteloso, no estuvo mucho allí, un solo día. Sin arrogancia, se limitó a escribir: «Si mis conjeturas son ciertas, este lugar es Petra».
Doce de agosto de 1812: la ciudad admirada por su deslumbrante arquitectura, por el color de sus rocas, por la sofisticación de sus acueductos, puentes y canales, tan remota, inaccesible, tan bien escondida por el azar o el capricho de sus primeros moradores que ya no existía para Occidente, había sido reencontrada.
No obstante, fue en 1924 que dieron comienzo las excavaciones en este imponente sitio.
Ya en la Segunda Guerra Mundial, una rebelión árabe expulsó a los turcos otomanos. Los británicos la llevaron a condición de protectorado, categoría que se disolvió cuando en 1946 Abdul-Alá consiguió la independencia y se transformó en el primer soberano del Reino de Trans Jordania. De allí en más, la historia de la región está marcada por luchas intestinas y externas, sobre todo con Israel ya que gran parte de los habitantes de Jordania son refugiados palestinos. Musulmanes y cristianos conviven bajo un mismo cielo.
CARACTERÍSTICAS:
Petra, situada en el Valle de Araba en Jordania, es una de las siete maravillas del mundo y es que la conocida como "La ciudad de piedra" o "La ciudad rosa del desierto", se fundó a finales del siglo VII antes de Cristo por el pueblo nómada Nabateo y es una auténtica maravilla.
Como ya hemos dicho, Petra está ubicado en Jordania, en el este del Valle de Árabe, que abarca desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqab, un lugar estratégico para protegerse de posibles invasiones enemigas. Este lugar, que parece impensable o de película, fue uno de los lugares más importantes para el comercio en el antiguo Oriente, ya que controlaba las rutas comerciales más importantes.
Petra fue redescubierta por el explorador Ludwig Burckhardt en 1812, pero la historia de Petra se remonta a al siglo VII cuando fue un asentamiento para el pueblo edomita, después de que el pueblo nómada Nabateo lo fundara en el siglo VI.
Una de las grandes características de Petra es el color de su piedra arenisca con tonos que van desde el marrón oscuro al rojo anaranjado y es que, los templos y las tumbas de esta ciudad están esculpidos en piedra.
Es una enorme ciudad excavada por completo en las rocas por los nabateos, una tribu árabe muy trabajadora que se estableció en la zona hace más de 2.000 años y la convirtió en una importante ciudad de paso que unía las rutas de la seda, las de las especias y otras que conectaban a China, la India y el sur de Arabia con Egipto, Siria, Grecia y Roma. La entrada a la ciudad se realiza a través del Siq, un estrecho cañón, de un kilómetro de longitud, rodeado por acantilados que se elevan hasta los 80 metros de altura. El simple hecho de caminar a través del Siq es una experiencia inolvidable.
Los colores y las formaciones de las rocas son deslumbrantes. Cuando llegue al final del Siq vislumbrará por primera vez la fachada llamada Al-Khazneh (el Tesoro). Es una experiencia imponente. Una inmensa fachada, de 30m de ancho y 43m de alto, excavada en la cara rocosa de rosa pálido eclipsa todo a su alrededor. Se construyó en el Siglo I como la tumba de un importante rey nabateo y es una muestra del talento para la ingeniería de este antiguo pueblo.
La antigua entrada principal a Petra. Una impresionante garganta, estrecha y profunda de 1.200 metros de longitud de abrumadora belleza natural.
El Siq está rodeado de acantilados de hasta 80 metros de altura. Basta con decir que pasando a través de él, se obtiene una vista de todas las características típicas de Petra: formaciones geológicas de aspecto extraño, rocas coloridas, terrazas agrícolas, canales de agua tallados en los propios acantilados, embalses y nichos votivos excavados en la roca.
IMPORTANCIA:
La razón por la cual estos ruinas arqueológicas se han vuelto famosas es porque dejan entrever los restos de lo que fue una ciudad enteramente esculpidas sobre las rocas. Los edificios labrados en las paredes de las rocas son el mejor testimonio de la vida de entonces y, de entre todos, los que atraen más miradas son el Deir o Monasterio y la Khazneh o Tesorería, ésta última usada como escenario para el rodaje de la película Indiana Jones y la última cruzada.
Otro de los puntos del recorrido es la calle de las Fachadas, un cañón desde donde se pueden ver las fachadas de varias tumbas a los lados. También se mantiene en pie un teatro tallado en roca, las tumbas reales hasta que finalmente se llega al Mausoleo, el lugar de mayor importancia de Petra ya que fue esculpido en la piedra en el año 100 a.C.
La ciudad de Petra, ubicada en Jordania, a pesar de mantener oculto más del setenta y cinco por ciento de sus construcciones, ha conseguido despertar el entusiasmo de todo el mundo desde el año 1812, cuando Johann Ludwig Burckhardt la identificó como tal. Para llegar a la ciudad de Petra es necesario recorrer el siq, un estrecho desfiladero que serpentea entre paredes montañosas. A la salida del pasadizo, lo primero que ve el visitante es la fachada, básicamente griega, del Jazna, una «aparición» tan incongruente en medio de las montañas del desierto que parece el decorado abandonado por un equipo cinematográfico. Tras su descubrimiento en 1812, diversos exploradores revelaron al mundo los esplendores de Petra. En 1826, dos franceses el conde León de Laborde y el ingeniero Maurice Linauttrazaron dibujos de la ciudad, siguiendo una línea romántica pero de gran realismo.
TURÍSTICA:
Entre sus maravillas podemos encontrarnos con el siq o pasadizo que nos conduce a la ciudad escondida de los nabateos, pasadizo que popularizó el cine en películas como la de Indiana Jones y su afamada "Ultima cruzada". Una vez dentro sorprende la colosal ciudad diseñada con manifestaciones helénicas, lo cual no es de sorprender si entendemos que el pueblo nabateo, aun siendo de origen árabe, se dejó influir de forma plena por el estilo arquitectónico y escultórico griego.
La fachada del Templo es buena muestra de lo dicho. Pero más aún, en el año 106 a.C. la ciudad fue conquistada por el imperio romano, pudiéndose visitar en Petra el espectacular Teatro Romano, con capacidad para más de 3000 espectadores, o varias calzadas romanas cuyas ruinas permanecen bastante bien conservadas.